Tras un inicio fulgurante que hizo predecir a muchos una nueva era de oro para las salas de cine, las ventas de entradas para las películas en tres dimensiones se han estancado e incluso empiezan a descender. Ante este estado de cosas, los estudios de Hollywood empiezan a pensarse un poco más sus nuevos lanzamientos.
Una de las productoras que parece estar perdiendo confianza en la llamada revolución 3D es la Disney, que ha decidido retrasar la conversión de dos a tres dimensiones de su superventas “La Bella y La Bestia” hasta el año 2011 o incluso después. Entre los peores temores de los directivos de la compañía está el que no se llegue a amortizar el precio de la conversión.
Lo curioso es que la productora ha tenido este año uno de sus mayores éxitos con la película “Toy Story 3D”, que ha facturado en taquilla más de 30 millones de dólares, y esto sólo en Estados Unidos. Para amortizar el proceso de conversión de “La Bella y La Bestia”, y además ganar un poquito de dinero, tendría que facturar nada más 15 millones de dólares en las taquillas norteamericanas. El resto, los cines de otros países y la venta de discos DVD, sería todo magro.
No es de extrañar que la Disney se muestre ahora insegura. El público ha perdido la sorpresa inicial, y a esto hay que añadirle el hecho de que en muchos estudios han aprovechado el tirón del 3D para comercializar películas que en realidad se rodaron en dos dimensiones, y se pasaron a la tercera dimensión con unos presupuestos risibles. El resultado, dolores de cabeza y malas experiencias para muchos espectadores, que ya no quieren repetir.
Una de las productoras que parece estar perdiendo confianza en la llamada revolución 3D es la Disney, que ha decidido retrasar la conversión de dos a tres dimensiones de su superventas “La Bella y La Bestia” hasta el año 2011 o incluso después. Entre los peores temores de los directivos de la compañía está el que no se llegue a amortizar el precio de la conversión.
Lo curioso es que la productora ha tenido este año uno de sus mayores éxitos con la película “Toy Story 3D”, que ha facturado en taquilla más de 30 millones de dólares, y esto sólo en Estados Unidos. Para amortizar el proceso de conversión de “La Bella y La Bestia”, y además ganar un poquito de dinero, tendría que facturar nada más 15 millones de dólares en las taquillas norteamericanas. El resto, los cines de otros países y la venta de discos DVD, sería todo magro.
No es de extrañar que la Disney se muestre ahora insegura. El público ha perdido la sorpresa inicial, y a esto hay que añadirle el hecho de que en muchos estudios han aprovechado el tirón del 3D para comercializar películas que en realidad se rodaron en dos dimensiones, y se pasaron a la tercera dimensión con unos presupuestos risibles. El resultado, dolores de cabeza y malas experiencias para muchos espectadores, que ya no quieren repetir.
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